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Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre.
Pro 1:9 Adornarán tu cabeza como una diadema; adornarán tu cuello como un collar.
Pro 1:10 Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte, no vayas con ellos.
Pro 1:11 Éstos te dirán: «¡Ven con nosotros! Acechemos a algún inocente y démonos el gusto de matar a algún incauto;
Pro 1:12 traguémonos a alguien vivo, como se traga el sepulcro a la gente; devorémoslo entero, como devora la fosa a los muertos.
Pro 1:13 Obtendremos toda clase de riquezas; con el botín llenaremos nuestras casas.
Pro 1:14 Comparte tu suerte con nosotros, y compartiremos contigo lo que obtengamos.»
Pro 1:15 ¡Pero no te dejes llevar por ellos,[a] hijo mío! ¡Apártate de sus senderos!
Pro 1:16 Pues corren presurosos a hacer lo malo; ¡tienen prisa por derramar sangre!
Pro 1:17 De nada sirve tender la red a la vista de todos los pájaros,
Pro 1:18 pero aquéllos acechan su propia vida[b] y acabarán por destruirse a sí mismos.
Pro 1:19 Así terminan los que van tras ganancias mal habidas; por éstas perderán la vida.
Pro 1:20
Advertencia contra el rechazo a la sabiduría
Clama la sabiduría en las calles; en los lugares públicos levanta su voz.
Pro 1:21 Clama en las esquinas de calles transitadas; a la entrada de la ciudad razona:
Pro 1:22 «¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos, seguirán aferrados a su inexperiencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los insolentes, se complacerán en su insolencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los necios, aborrecerán el conocimiento?
Pro 1:23 Respondan a mis reprensiones, y yo les abriré mi corazón;[c] les daré a conocer mis pensamientos.
Pro 1:24 Como ustedes no me atendieron cuando los llamé, ni me hicieron caso cuando les tendí la mano,
Pro 1:25 sino que rechazaron todos mis consejos y no acataron mis reprensiones,
Pro 1:26 ahora yo me burlaré de ustedes cuando caigan en desgracia. Yo seré el que se ría de ustedes cuando les sobrevenga el miedo,
Pro 1:27 cuando el miedo les sobrevenga como una tormenta y la desgracia los arrastre como un torbellino.
Pro 1:28 »Entonces me llamarán, pero no les responderé; me buscarán, pero no me encontrarán.
Pro 1:29 Por cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al SEÑOR;
Pro 1:30 por cuanto no siguieron mis consejos, sino que rechazaron mis reprensiones,
Pro 1:31 cosecharán el fruto de su conducta, se hartarán con sus propias intrigas;
Pro 1:32 ¡su descarrío e inexperiencia los destruirán, su complacencia y necedad los aniquilarán!
Pro 1:33 Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal.»